El Sacramento de la Penitencia
1. ¿Qué es el Sacramento de la Penitencia?
«Los que se acercan al sacramento de la penitencia obtienen de la misericordia de Dios el perdón de los pecados cometidos contra El y, al mismo tiempo, se reconcilian con la Iglesia, a la que ofendieron con sus pecados. Ella les mueve a conversión con su amor, su ejemplo y sus oraciones» (LG 11).
2. El nombre de este sacramento
Se le denomina sacramento de conversión porque realiza sacramentalmente la llamada de Jesús a la conversión (cf Mc 1,15), la vuelta al Padre (cf Lc 15,18) del que el hombre se había alejado por el pecado.
Se denomina sacramento de la penitencia porque consagra un proceso personal y eclesial de conversión, de arrepentimiento y de reparación por parte del cristiano pecador.
Se le denomina sacramento de la confesión porque la declaración o manifestación, la confesión de los pecados ante el sacerdote, es un elemento esencial de este sacramento. En un sentido profundo este sacramento es también una «confesión», reconocimiento y alabanza de la santidad de Dios y de su misericordia para con el hombre pecador.
Se le denomina sacramento del perdón porque, por la absolución sacramental del sacerdote, Dios concede al penitente «el perdón […] y la paz» (Ritual de la Penitencia, 46, 55).
Se le denomina sacramento de reconciliación porque otorga al pecador el amor de Dios que reconcilia: «Dejaos reconciliar con Dios» (2 Co 5,20). El que vive del amor misericordioso de Dios está pronto a responder a la llamada del Señor: «Ve primero a reconciliarte con tu hermano» (Mt 5,24).
3. ¿Cuantas cosas son necesarias para confesarse bien?
Para confesamos bien son necesarias cinco cosas:
A) Examen de conciencia: Es recordar todos los pecados cometidos desde la ultima confesión bien hecha.
B) Dolor de los pecados o arrepentimiento: Es un rechazo claro y decidido del pecado cometido pensando en el amor que Dios nos tiene.
C) Propósito de enmienda: Es la firme resolución de no volver a pecar, estando dispuestos a poner los medios necesarios para evitar el pecado.
D) Decir los pecados al confesor: Debemos confesar todos los pecados mortales y conviene decir también los veniales. Se han de confesar con humildad y sencillez, manifestando los ciertos como ciertos y los dudosos como dudosos.
E) Cumplir la penitencia: Es rezar las oraciones y hacer las buenas obras que nos mande el confesor.
4. Cómo confesarse
Después de haberte examinado y dolerte de los pecados, en la presencia de Dios, te arrodillas en el confesonario y dices: Ave María Purísima. El sacerdote responde: Sin pecado concebida.
A continuación te santiguas diciendo: En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
El sacerdote te bendecirá y tú dices, por ejemplo: Señor tú lo sabes todo, tú sabes que te amo.
Luego dices el tiempo que hace desde tu última confesión y dices los pecados: Hace… (tantos.. días, semanas.. meses.. años,) que me he confesado. Me acuso de… (confiesas tus pecados de una manera clara, breve, completa y muy sincera).
El sacerdote te ayudará con algunas preguntas, si lo cree conveniente; te dará algunos consejos y te impondrá la penitencia. Antes de recibir la absolución, puedes manifestar tu arrepentimiento con algunas palabras de contrición, por ejemplo: Jesús, Hijo de Dios, ten misericordia de mí, que soy un pecador.
El sacerdote pronuncia las palabras de la absolución.
Cuando escuches las palabras:».. Y YO TE ABSUELVO DE TUS PECADOS EN EL NOMBRE DEL PADRE Y DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO», respondes: Amén.
Terminada la confesión, agradece al Señor su bondad y misericordia por haberte perdonado los pecados y haberte dado la gracia.
Cumple, lo antes posible, la penitencia y procura poner en práctica, los consejos recibidos.
¿Dónde realizar la confesión?
LA CONFESIÓN SE PODRÁ REALIZAR DURANTE LA HORA ANTERIOR A LA EUCARISTÍA
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Preguntas sobre el sacramento de la penitencia
1. ¿Qué es el sacramento de la Penitencia?
El sacramento de la Penitencia, o Reconciliación, o Confesión, es el sacramento instituido por Nuestro Señor Jesucristo para borrar los pecados cometidos después del Bautismo. Es, por consiguiente, el sacramento de nuestra curación espiritual, llamado también sacramento de la conversión, porque realiza sacramentalmente nuestro retorno a los brazos del padre después de que nos hemos alejado con el pecado.
2. ¿Es posible obtener el perdón de los pecados mortales sin la confesión?
Después del Bautismo no es posible obtener el perdón de los pecados mortales sin la Confesión, aunque es posible anticipar el perdón con la contrición perfecta acompañada del propósito de confesarse.
3. ¿Y si después uno de hecho no se confiesa?
Quien se comporta de esta manera comete una falta grave. Pues todos los pecados mortales cometidos después del bautismo deben ser acusados en la Confesión.
4. ¿Qué se requiere para hacer una buena confesión?
Para hacer una buena confesión se necesita: hacer un cuidadoso examen de conciencia, tener dolos de los pecados cometidos y el firme propósito de no cometerlos más (contrición), decir los otros pecados al sacerdote (confesión), y cumplir la penitencia ( satisfacción).
5. ¿Qué es el examen de conciencia?
El examen de conciencia es la diligente búsqueda de los pecados cometidos después de la última Confesión bien hecha.
6. ¿En el examen de conciencia es necesario buscar también el número de los pecados?
De los pecados graves o mortales se necesita buscar también el número, porque cada pecado mortal debe ser acusado en la confesión.
7. ¿Qué es el dolor de los pecados?
El dolor de los pecados es el sincero pesar y la repulsa de los pecados cometidos.
8. ¿De cuántos tipos es el dolor?
El dolor es de dos tipos: dolor perfecto (o contrición) y dolor imperfecto (atrición).
9. ¿Cuándo se tiene dolor perfecto o contrición?
Se tiene el dolor perfecto o contrición cuando se arrepiente de los propios pecados porque se ha ofendido ha Dios, infinitamente bueno y digno de ser amado: cuando el dolor nace del amor desinteresado a Dios, es decir, de la caridad.
10. ¿Cuándo se tiene el dolor imperfecto o atrición?
Se tiene el dolor imperfecto o atrición cuando el arrepentimiento, en cuanto inspirado por la fe, tiene motivaciones menos nobles: por ejemplo, cuando nace de la consideración del desorden causado por el pecado, o por el temor de la condenación eterna (Infierno) y de las tras penas que el pecador puede recibir.
11. ¿El dolor de los pecados obtiene de inmediato el perdón?
El dolor perfecto unido al propósito de confesarse obtiene inmediatamente el perdón; el dolor imperfecto lo obtiene, por el contrario, sólo en la confesión sacramental.
12. ¿Es necesario arrepentirse de todos los pecados cometidos?
Para la validez de la confesión es suficiente arrepentirse de todos los pecados mortales, mas para el progreso espiritual es necesario arrepentirse también de los pecados veniales.
13. ¿Un verdadero arrepentimiento requiere también el propósito de abandonar el pecado?
El arrepentimiento ciertamente mira hacia el pasado, pero implica necesariamente un empeño hacia el futuro con la firme voluntad de no cometer jamás el pecado.
14. ¿Se puede tener un verdadero arrepentimiento si uno prevé que antes o después recaerá en el pecado?
La previsión del pecado futuro no impiden que se tenga el propósito sincero de no cometerlo más, porque el propósito depende sólo del conocimiento que nosotros tenemos de nuestra debilidad.
15. ¿Qué es la confesión?
La confesión es la manifestación humilde y sincera de los propios pecados sal sacerdote confesor.
16. ¿Qué pecados es obligatorio confesar?
Estamos obligados a confesar todos y cada uno de los pecados graves, o mortales, cometidos después de la última confesión bien hecha.
17. ¿Cuáles son los pecados mortales más frecuentes?
Las faltas objetivamente mortales más frecuentes son (siguiendo el orden de los mandamientos): practicar de cualquier modo la magia; blasfemar; perder la Misa los domingos o en las fiestas de preceptos sin un grave motivo; tratar mal de manera grave a los propios padres o superiores; matar o herir gravemente a una persona inocente; procurar directamente el aborto; buscar el placer sexual en solitario o con otras personas que no sean el propio cónyuge; para los cónyuges impedir la concepción en el acto conyugal; robar una suma revelante, incluso sustrayéndose en el trabajo; murmurar gravemente del prójimo o calumniarlo; cultivar voluntariamente pensamientos o deseos impuros; faltar gravemente el propio deber; acercarse a la Sagrada Comunión en estado de pecado mortal; callar voluntariamente un pecado grave en la confesión.
18. ¿Si uno olvida un pecado mortal obtiene igualmente el perdón en la confesión?
Si uno olvida un pecado mortal obtiene igualmente el perdón, pero en la confesión siguiente debe confesar el pecado olvidado.
19. ¿Si uno calla voluntariamente un pecado mortal obtiene el perdón de los otros pecados?
Si uno, por vergüenza o por otros motivos, calla un pecado mortal, no sólo no obtiene ningún perdón, sino que comete un nuevo pecado de sacrilegio, el de profanación de una cosa sagrada.
20. ¿Hay obligación de confesar los pecados veniales?
La co9nfesión de los pecados veniales no es necesaria, pero es muy útil para el progreso de la vida cristiana.
21. ¿El confesor debe dar siempre la absolución?
El confesor debe dar siempre la absolución si el penitente está bien dispuesto, es decir, si está sinceramente arrepentido de todos sus pecados mortales. Si por el contrario, el penitente no está bien dispuesto, no teniendo el dolor o el propósito de enmienda, entonces el confesor no puede y no debe dar la absolución.
22. ¿Qué debe hacer el penitente después de la absolución?
El penitente después de la absolución debe cumplir la penitencia que le ha sido impuesta y reparar los daños que sus pecados hubiesen eventualmente causado al prójimo /por ejemplo, debe restituir lo robado).
23. ¿Cuáles son los efectos del sacramento de la Penitencia?
Son la reconciliación con Dios y con la Iglesia, la recuperación de la gracia santificante, el aumento de las fuerzas espirituales para caminar hacia la perfección, la paz y la serenidad de la conciencia con una vivísima consolación del espíritu.
24. ¿Cómo se puede superar la dificultad que se siente para confesarse?
El que tiene dificultades para confesarse debe considerar que el sacramento de la Penitencia es un don maravillosos que el Señor nos ha dado. En el «tribunal» de la Penitencia el culpable jamás es condenado, sino sólo absuelto. Pues quien se confiesa no se encuentra con un simple hombre, sino con Jesús, el cual, presente en su ministro, como hizo un tiempo con el leproso del Evangelio (Mc 1, 40ss.) también hoy nos toca u nos cura; y, como hizo con la niña que yacía muerta nos toma de la mano repitiendo aquellas palabras: «¡Talita kumi, niña, a ti te digo, levántate!» (Mc 5, 41).
25. ¿La confesión nos ayuda también en el camino de la virtud?
La confesión es un medio extraordinariamente eficaz para progresar en el camino de la perfección. En efecto, además de darnos la gracia «medicinal» propia del sacramento, nos hace ejercitar las virtudes fundamentales de nuestra vida cristiana. La humildad ante todo, que es la base de todo el edificio espiritual, después la fe en Jesús Salvador y en sus méritos infinitos, la esperanza del perdón y de la vida eterna, el amor hacia Dios y hacia el prójimo, la apertura de nuestro corazón a la reconciliación con quien nos ha ofendido. En fin, la sinceridad, la separación del pecado y el deseo sincero de progresar espiritualmente.
La confesión explicada por el Papa Francisco
Examen de conciencia para una confesión provechosa
- ¿He puesto en duda o negado las verdades de la fe católica que la Iglesia nos enseña?
- ¿Me he acercado a recibir algún sacramento indignamente?
- ¿He callado en confesión por vergüenza algún pecado grave?
- ¿Hago con desgana las cosas que se refieren a Dios?
- ¿Hago bien cada día los actos de piedad que me he propuesto?
- ¿Confieso mi fe cristiana ante los demás con valentía?
- ¿He blasfemado? ¿He jurado sin necesidad o sin verdad?
- ¿He faltado a Misa los domingos o días festivos? ¿Participo en la Santa Misa activamente?
- ¿He cumplido los días de ayuno y abstinencia? ¿Me confieso con la frecuencia necesaria y con la debida preparación?
- ¿Manifiesto respeto y cariño a mis padres y familiares?
- ¿Soy amable con los extraños y me falta esa amabilidad en la vida de familia?
- ¿He dado mal ejemplo a las personas que me rodean?
- ¿Tengo enemistad, odio o rencor contra alguien?
- ¿He hecho daño a otros con palabras o con obras? ¿Me he embriagado, bebido con exceso o tomado drogas?
- ¿He sido causa de que otros pecasen por mi conversación, mi modo de vestir, o con el préstamo de algún libro o revista?
- ¿Me he dejado vencer por la pereza, en el cumplimiento de mis deberes? ¿Retraso con frecuencia el momento de ponerme a trabajar o estudiar? ¿Rindo en el trabajo?
- ¿He aceptado pensamientos, conversaciones o miradas impuras?
- ¿He realizado actos impuros? ¿Solo o con otras personas?
- En el Matrimonio, ¿he puesto medios físicos o químicos para impedir tener hijos?
- Antes de asistir a un espectáculo, ver una película o de leer un libro, ¿me entero de su calificación moral?
- ¿He tomado dinero o cosas que no sean mías? ¿He restituido o reparado?
- ¿He malgastado dinero? ¿Doy limosnas generosamente según mis posibilidades?
- ¿He mentido? ¿He reparado el daño que haya podido causar?
- ¿He hablado o pensado mal de otros? ¿He calumniado?
- ¿Me entristezco por envidia cuando los demás tienen cosas que yo no tengo?
- ¿Me preocupo de influir – con naturalidad y sin respetos humanos – para hacer más cristiano el ambiente que me rodea?
- ¿Sé defender a Jesucristo y a su Iglesia?
- ¿Hago el propósito de plantearme más en serio mi formación cristiana y mi relación con Dios?
El regreso del Hijo Pródigo – Bartolomé Esteban Murillo – Óleo – 1667 – National Gallery of Art