«HACED LO QUE ÉL OS DIGA»

– Is 62, 1-5. Se regocija el marido con su esposa.
– Sal 95. R. Contad las maravillas del Señor a todas las naciones.
– 1 Cor 12, 4-11. El mismo y único Espíritu reparte a cada uno en particular como él quiere.
– Jn 2, 1-11. Este fue el primero de los signos que Jesús realizó en Caná de Galilea.

MEDITACIÓN
El detalle más interesante de nuestro texto es el papel tan importante que tiene María, la madre de Jesús.
Debemos tener en cuenta que María sólo aparece dos veces en todo este evangelio: aquí, al principio de la vida pública de Jesús, y luego la volveremos a encontrar a los pies de la cruz.
Esto dice mucho, pues María es la que fuerza un poquito a Jesús para que en aquel momento de las bodas de Caná se muestre ya como el Mesíasesposo.
María, con la discreción y el cariño de una madre, le recuerda que los invitados al banquete se han quedado sin vino y que él puede ofrecerles el vino mejor.
¡Qué manera tan delicada y sutil de pedirle que se manifieste como el Mesías esposo! Y la respuesta de Jesús no es de distancia, sino que le recuerda a ella como discípula que es, le dice «mujer», que todavía no había llegado su hora.
Esta «hora» será la del calvario, en donde también estará María como madre de todos los discípulos, y allí también le llamará «mujer».
San Juan nos está diciendo que María es necesaria para conocer a Jesús. Es ella la primera que sabe quién es realmente Jesús y qué puede hacer por nosotros. De igual manera, al pie de la cruz, María, escuchando una de las últimas palabras de Jesús en la cruz: «Mujer ahí tienes a tu hijo», será recibida por aquel discípulo que estaba junto a María y que representa a la iglesia, un discípulo que en esta mirada de San Juan somos todos nosotros. Por eso, la Iglesia recibe a María como madre y la acoge como tal. Con María al pie de la cruz, que en este evangelio aparece como madre de Jesús y como mujer, comienza la misión materna de la Iglesia. Misericordia y maternidad se unen, de manera que una Iglesia que es misericordiosa es una Iglesia madre que genera hijos desde la Misericordia viva de Dios que es Jesús.