En el copón de oro que guarda este sagrario, se halla la “cristalina fuente del agua de la vida!” Por eso sediento de vida celestial, de verdad y de justicia, vengo a postrarme ante Vos Jesús Rey de las almas, suplicándoos me deis a beber del cáliz de vuestro Corazón hasta saciarme, para que no vuelva jamás a tener sed de las cosas de la tierra.
“Cristo Jesús, Vos sois mi ayuda y mi Redentor”. Amén.
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